El mundo al revés

El mundo al revés es una pequeña cancioncita que podemos aprovechar para que los niños nos acompañen con instrumentos de percusión como las claves, xilófono, tambor.

El cuarteto de cuerdas

"La música de las estrellas"


Check this out on Chirbit

sábado, noviembre 23, 2013

EL CUARTETO DE CUERDAS

MARIO LAVISTA

 
Miembro del Colegio Nacional
A Aron Bitrán


Pocos géneros instrumentales han despertado la imaginación
más íntima y refinada de los compositores como el cuarteto de cuerdas, agrupación que, como se sabe, está formada por un violín primero, un violín segundo, una viola y un cello. Su origen se remonta al siglo XVII, el siglo barroco, un siglo cuyo nacimiento está marcado por tres acontecimientos que habrían de dejar su huella en el quehacer musical de las épocas posteriores; me refiero, por un lado, a la invención de un sistema armónico que se conoce con el nombre de Tonalidad y que habría de unificar a la música occidental durante los siguientes tres siglos. Los compositores, los intérpretes y los oyentes hablaron y comprendieron este lenguaje hasta su progresiva desintegración en los primeros años del siglo XX. Por otra parte, en los primeros años del siglo XVII Claudio Monteverdi define a la nueva música como la Seconda Practica, la cual contempla la invención del stile recitativo que da nacimiento a una nueva y fascinante forma artística, a un género teatral-musical llamado Opera.
A estas dos portentosas creaciones barrocas —la tonalidad y la ópera— habría que añadir la lenta transformación, en el plano instrumental, de la familia de las violas (la viola da braccio, y la viola da gamba) en violines, gracias sobre todo al trabajo de dos notables familias italianas de luthiers: los Guarnieri y los Stradivari, continuadores de la célebre escuela cremonense que en el siglo XVI fundara Andrea Amati. Esta lenta transformación haría posible que el cuarteto de cuerdas se convirtiera, en el siglo XVII, en la principal agrupación camerística.
Pero no obstante que la dotación de violín primero, violín segundo, viola y violonchelo aparecía cada vez con más frecuencia en la música de orquesta del siglo XVII y a pesar del extraordinario repertorio para las cuerdas que se fue creando durante ese siglo, el cuarteto de cuerdas como grupo independiente fue, digamos, ignorado por el estilo barroco a favor de otro tipo de grupos de cámara, casi siempre con acompañamiento obligado de clavecín, como por ejemplo, violín y clavecín, o dos violines y clavecín o dos violines, chelo y clavecín.
No es sino hasta el siglo XVIII, el siglo de la Ilustración, del estilo galante, del clasicismo y la forma sonata, que comienza a privilegiarse en el campo de la música de cámara la dotación instrumental de dos violines, una viola y un violonchelo, dotación que continua vigente hasta nuestros días y en perfecto estado de salud. Al establecerse el nuevo estilo musical se afirma cada vez más el cuarteto de cuerdas como una agrupación estable y, sobre todo, representativa de este nuevo estilo musical, un estilo que encuentra en el cuarteto de cuerdas su más noble expresión.
A mediados del siglo XVIII, la literatura musical para cuarteto cuenta ya con obras más que interesantes, como los cuartetos de Tartini, de Leopoldo Mozart (el padre de Amadeus) y sobre todo de Luigi Boccherini, quien junto con Domenico Scarlatti es acaso el más puro representante italiano de la música instrumental del siglo XVIII. Boccherini escribió nada menos que noventa y dos cuartetos y bien puede decirse que en ellos el estilo propio del cuarteto está definitivamente establecido.
Pero es Haydn, con sus ochenta y tres cuartetos, el que convierte este género instrumental en un verdadero "diálogo entre cuatro personas inteligentes", como el mismo solía definir al cuarteto de cuerdas. Se dice que Haydn es el padre de la sinfonía, bien podría también serlo del cuarteto. De él aprenderían Mozart (que compuso veintiséis cuartetos) y Beethoven (que escribió diecisiete), y de ahí en adelante este género instrumental será hasta nuestros días uno de los más frecuentados por los compositores. El cuarteto es un grupo instrumental que se ha adaptado a estilos y lenguajes diferentes, las voces más disímiles hablan a través de esta agrupación: lo mismo Brahms que Ravel, Debussy y John Cage, Revueltas y Bartok, Chávez y Shostakovich, Villalobos y Alban Berg, Enríquez y Lutoslawski, Penderecki y Terry Riley, Ginastera y Ligeti, y tantos otros. Tal parece que sus posibilidades técnicas y expresivas fuesen ilimitadas.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario